Lugar desconocido pero al mismo tiempo perfecto

Me sentía un poco aburrida, así que decidí pasear por el castillo un rato. No sé en que piso iba pensando que ojalá hubiera un buen lugar para divertirse, algo así como una sala de juegos, cuando, en un muro, apareció una puerta.

Iba caminando por los pasillos y vi a una chica que estaba mirando una perta en una de las paredes y a decir verdad una puerta que nunca antes había visto. Me acerqué a ella.

-¿Qué es eso? -dije casi en forma de saludo.

Pasaba por el 7º piso y vi a dos chicas asombradas por la sala de los menesteres, me acerque a ellas - Hola... ¿eso? señale a la puerta, es la Sala de los menesteres - le dije a aquella chica de Gryffindor - tiene muchas utilidades... - dije sonriendo -

Sonreí al chico que llegó por el pasillo.

-Creo haber leído sobre ella, pero no creía que fuera más que un mito o algo así -dije mirando asombrada por la habitación-. ¿Podemos entrar? -pregunté con los ojos brillosos-.

Seguro que pueden hacerlo, o... eso creo, bueno, la sala se convertira en lo que ustedes deseen... lo que deseen, sin discución, nunca falla - comenté riendo y me fui de ahi -

Sonreí de lado mirándolo marcharse.

-Quizás otro día lo pruebe, ahora me iré... adiós -dije a la desconocida chica.

- Está bien, pero creo que yo me quedaré a investigar qué hay dentro- le respondí

Después de que la chica que no conocía se fuera, entre a la sala de los menesteres. Me asombré al ver todo lo que había adentro.

¿y ahora dónde estoy? se preguntaba para sí la castaña, dando pequeñas vueltas sobre sus pies. ¿Dónde estaba la Sala Común de Gryffindor?.

A lo lejos, ve a una chica frente a la pared, y algo sorprendida se acerca a ella.

-- Hola, ahm disculpa, ¿sabes dónde queda la Sala Común de Gryffindor? ¡ me perdí! -- se excusó la ojiceleste frente a la posible risa de la chica. -- ¿Qué es esto? -- se preguntó ahora más sorprendida tocando la puerta y olvidándose de que estaba perdida.

- Al parecer lo es - le dije sonriendole a la chica que acababa de llegar

- Pues, recién nos conocemos y ya tenemos algo en común. Mi nombre es Lily Evans... Potter. - le contesté a Amelie. Me agradaba la energía positiva que emanaba de ella. Estaba segura de que seríamos amigas.

- Pues... creo. Aunque es algo gracioso - dije sonriendole a Amelie. Juntas podríamos platicar cosas sobre nuestra familia. - ¿Te parece si platicamos ahí adentro? - Le pregunté.

- Me imagino yo. Yo venía pensando en un lugar para divertirme, cuando apareció la puerta. Pensemoslo. - le dije - Jajaja, suena gracioso.

- De verdad que lo es - le respondí a Amelie. - ¿cómo que abrimos la puerta, no te parece? Me da la impresión de que será divertido.

- Wooow... - exclamé - la sala es... ¡verdaderamente divertida! - La sala tenía varios sillones pequeños de colores cambiantes y muchos cuadros, en los que las personas se movían imitando a algunos animales. Al fondo, había una chimenea. El ligero humo que salía de ella ilustraba un payaso que se caía, de verdad chistoso. También había un ajedrez mágico multicolor y varias sillas que brincaban. Espejos mágicos que deformaban la figura había en un extremo.

- Creo que si nos divertiremos - le dije a Amelie.