Solo...

-Bueno ¿Estudiaste aquí en Hogwarts?- pregunté cruzando las piernas

-Adelante- respondí poniendo los brazos en mi espalda- Nos veremos despues supongo...

escucho voces, y em acerco a 2 `personaske estaban charlando..!

*me dirijo a ellos:*
-hola! disculpen la molestia, pero eske necesito salir de aki, tengo mucho miedo este lugar es espantosooo! please ayudenme! vamos a salir de aki... o culakier cosa estoy con uds ok???-


- me llamno ashley! soy jefa de huffle, directora de SM, ministra del deto. de identidad, doy informacion en la biblioteca, etc... y aun con todo esto pues soy una MIEDOSA SIN LIMITE!

-¡OYEE! ***me dirijo a konan***
-yo te conosco tu eres konan, miembro de mi hospital SM..! ke haces aki????

Cuando escuché que alguien mas se acercaba saqué instintivamente mi varita, pero solo era una chica perdida. Bufé antes de bajar la varita. Escuché su monologo con el entrecejo fruncido

-Suzzane, Jefa de Slytherin y Profesora de Pociones del Colegio- dije mascullando mientras guardaba mi indispensable arma en mi túnica. Como vi que se conocían no me costó trabajo ignorarlos mientras continuaba en mi inspección visual del bosque

Shh!! Ashley! calmate un poco... me duele la cabeza - dije mirandola - y que hago aqui? pues soy profesor de Cuidado de Criaturas Magicas, y me voy para dentro a descansar, te ayudo a llegar hasta el castillo?

si x fa! vamos a dentro! me perdi x culpa de un juego! pero ekis, me voy contigo adentro konan! y mucho gusto suzzanne!

pues konan si te duele la cabeza, en el castillo te podre ayudar con eso...!

Asentí, dando a entender que la había oído. Giré y me adentré mas al bosque, buscando algun lugar apartado para descargar mis sentimientos desde la llegada de la carta. En teoría, a eso había ido al Bosque

-- Incluso desde aquí se ve precioso -- susurré apoyada contra uno de los árboles del principio en sí, del Bosque Prohibido. Una pequeña pero visible sonrisa se me apareció en mi rostro y voltié a ver a mis compañeros. Todos estaban lo suficientemente distraídos como no darse cuenta. -- Muy bien -- sonreí más ampliamente y me metí por fin en el bosque.

A medida que avanzaba, la oscuridad me cubría hasta llegar a un cuarto de camino, no me curbió por completo. A lo lejos, apenas como susurro, escuché no sin cierto horror la campana de comienzo de clases. Decidida a regresar, voltié y emprendí viaje por donde había llegado. Pero todos los árboles eran iguales, y no distinguía cuál era el camino.

-- Hola, ¿hay alguien? -- pregunté con cierto temor en mi voz esperando a que alguien responda -- vamos, alguien ha de haber aquí, ¿verdad?